Itinerario por el Ensanche de Tetuán (1). El corazón de la ciudad nueva.
PLAZA FEDDAN ♦ PLAZA AL-YALAA ♦ AVD. MOHAMED V ♦ PLAZA MULAY AL-MEHDI
- PLAZA FEDDAN (HASSAN II)
Mexuar, plaza Feddán, plaza del Palacio, plaza de España y actualmente plaza de Hassan II. Este espacio urbano ha tenido tantos nombres como aspectos. Fue terreno de cultivo de la familia andalusí Lucas, zona de matadero, zoco tres días a la semana y lugar de fiestas religiosas. Durante el Protectorado se convirtió en plaza y se engalanó con jardines evocando los de la Alhambra granadina. Se construyeron el Alto Comisariado y el palacio del jalifa Mulay al-Mahdi sobre el antiguo palacio de los bajás. Tras la independencia estuvo el Consulado Español y finalmente el Palacio Real, momento en el que adquirió la fisonomía actual y se privatizó su uso, prohibiendo el tránsito de personas por razones de seguridad. La plaza es el elemento urbano que establece el diálogo entre la medina y el Ensanche, la rótula que articula las dos ciudades.
Lo mejor de la plaza: los cafetines del frente norte. “Dilatar el caer de la tarde o la temprana noche en estos cafetines, es vivir el encanto del placer por la reunión y la tertulia, por la agitación del parchís o la tranquila contemplación.” Aquí el suelo se eleva a modo de atrio sobre el resto de la plaza, lo que permite observar, desde los cafetines, el amplio espacio soleado y el bullicio del frente sur, pasando desapercibido, casi oculto, a la vista de la ciudad. Aquí están la mezquita de Sidi Abd Allah al-Hach, la zauia Sidi ibn Aisa, y la zauia Sidi Ben Abd Allah al-Hach, que rompe el blanco del entorno con su alminar de ladrillo visto, mientras las palmeras le disputan su veterana altura. Éste es nuestro lugar favorito del Ensanche.
- PLAZA AL-YALAA
Entre la plaza Feddán y la avenida Mohamed V se encuentra esta plaza que también cumple la función de espacio articulador entre dos mundos, con tanto sabor a Ensanche como a medina. En el frente norte, una estrecha calle cubierta, escondida entre los puestos, nos adentra en el corazón del barrio Tranqat. Muy cerca destaca el bello alminar de la zauia de Mulay Abd al-Qadir, con decoración de azulejo de la etapa de Bertuchi. Al norte de la plaza al-Yalaa, en la calle Mohamed Ben Hossain, está el MUSEO ARQUEOLÓGICO.
El siglo XX se impone con el edificio Unión y El Fénix (F. Cánovas del Castillo, 1945). Sobrio, ecléctico, acorde con la arquitectura oficialista de la España franquista, ocupando su torre el símbolo escultórico de la compañía de seguros La Unión y El Fénix Español (diseño del escultor Saint-Marceau, de 1911). Su soportal esconde el acceso a un pasaje, y en él está uno de los lugares de buena comida a buen precio, el bar La Unión.
- AVD. MOHAMED V
En contraste con las calles de la medina, la Avd. MOHAMED V, respira modernidad. Otro ritmo, otro estilo. Otra forma de caminar y de mirar. Demasiado ajetreado quizás para un té en la calle. Aquí mejor tomar el té descubriendo los interiores, muchos aún guardan su diseño original, y no está nada mal sentarse en los años 40 mirando el siglo XXI a través de un ventanal de diseño vintage.
Recorrer esta calle a veces se complica porque cierran al tránsito la vía central, pero cuando caminas con libertad, pierdes el tiempo en ella. El paseo es de este a oeste, de la plaza Feddan a la plaza Mulay El Mehdi. Ya sólo la entrada de la calle, con esos dos edificios de fachada circular (Carlos Óvilo, 1916), nos avisa de que la protagonista de la calle es la arquitectura. Una razón, porque es es la avenida de los mil detalles: ménsulas, balcones, pretiles, miradores, esgrafiados, calados, forjas, cornisas. Cada edificio provoca con su aspecto al observador y le invita a detenerse. Además, llama la atención el tratamiento de las esquinas, parece que los edificios se hayan concebido a partir de ellas, y en muchas ocasiones son más poderosas que las fachadas. La otra razón, porque esta bombonera de arquitectura posee la virtud de provocar un viaje en el tiempo. Pasear por aquí es trasladarse a aquellas décadas de la primera mitad del siglo XX que ya comienzan a ser legendarias o de cine: desde los locos años 20 hasta los 40 en blanco y negro. Modernismo, art decó, racionalismo, eclecticismo, neoárabe, y los cafés con esos interiores de entonces… en fin, una deliciosa locura.
Rescatamos alguno de nuestros edificios favoritos:
El antiguo Casino de Oficiales (Carlos Óvilo) (esquina Mohamed Ben Abderahman), conocido por Casino Español, hoy club cultural, con esa curiosa decoración que se acerca al secesionismo vienés. En su interior hay dos murales de la época del Protectorado que merece la pena ver. Hay otro mural fantástico en el edificio sede de la Delegación Regional de Turismo (en la última manzana a la derecha llegando a la plaza de Mulay El Mehdi).
Del edificio de viviendas conocido por Pasaje Benarroch (José Gutiérrez Lescura, años 20), lo más fascinante es el pretil art decó que remata el ático, y el cajón frontal con los estilosos arcos compartimentados por dinteles en el juego de puerta-ventana.
En la esquina Mohamed V con Sidi al-Mandri hay uno con una poderosa esquina en abanico (Carlos Óvilo, 1928), ecléctico y arabizante. Son estupendas las ménsulas y el friso de mocárabes y arcos lobulados nazaríes.
Y echando un vistazo a la calle SIDI AL-MANDRI (donde tenía el taller la protagonista de El tiempo entre costuras), está el Banco de Estado de Marruecos (José Larrucea Garma, 1927), en el que se amalgaman soluciones estilísticas dispares, y llaman la atención el cromatismo de los esgrafiados o la balconada de carpintería.
Al final de la calle está la antigua sede de Radio Nacional de España, estupendo, un perfecto ejemplo de art decó de los años 30. La torre es uno de los distintivos. El diseño fue alterado al añadir la segunda planta horizontal de carácter racionalista y el soportal en los años 40, pero el poderoso decó no se deja amedrentar y se alza llamando la atención.
- PLAZA MULAY AL-MEHDI
Aún la llaman la plaza Primo (fue plaza Primo de Rivera). Aquí a veces se confunden el tráfico de vehículos y el de transeuntes, sobre todo por la noche, cuando el agua de la fuente de la rotonda se convierte en concierto de luces y música. En el perímetro exterior la vida no cesa: viandantes que se cruzan, los cafés siempre llenos y manifestaciones ciudadanas de todo tipo.
Los edificios de la plaza son muy dispares, les une únicamente sus fachadas cóncavas. Sólo hay que elegir en qué café sentarse para disfrutar del que más nos guste.
La Iglesia de Nuestra Señora de las Victorias y sede de la Misión Católica (Carlos Óvilo, 1926) fusiona de manera curiosa una especie de románico y mudéjar, añadiendo detalles de otros estilos. El interior es sencillo, sereno, y cuentan que los arcos de herradura y capiteles vegetales están inspirados en la sinagoga de Santa María de la Blanca de Toledo. Se puede visitar.
El más bello quizás sea el edificio el de las cupulitas (José Gutiérrez Lescura, años 20). Cualquier detalle es atractivo, como el cajón central de la fachada, con motivos decorativos que se acercan al secesionismo vienés. También es muy atractivo el edificio de viviendas de impronta art decó (Manuel Latorre Pastor,1931), donde está el veterano Café París.
El edificio sede de Correos y el Consulado Español (Juan Arrate Celaya, 1949), es un buen ejemplo de arquitectura oficialista, de estilo neoherreriano, con soportales y uso de piedra con almohadillados contrastando con las fachadas blancas.
A partir de aquí, te invitamos a recorrer el entorno del Ensanche hasta donde te lleven las ganas, continúa en ITINERARIO POR EL ENSANCHE II.
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