Dónde alojarse y comer

Os referimos los alojamientos y restaurantes que hemos probado y nos han gustado. La gente siempre es cordial, y hablen o no tu idioma, en todos los lugares se hacen entender. Y si no encuentras dónde comer o dormir, pregunta a los vecinos que te indicarán muy bien.

♦ PARA ALOJARSE: (Los precios que damos son orientativos).

Los riads en la Medina siempre son alojamientos mágicos, envueltos en el encanto de la tradición. Nos gusta mucho Riad Dalia (Plaza El Ouessaa), está muy bien localizado, tranquilo y precio asequible, unos 25-30 € dos personas. El Riad el Manantial es una preciosidad arquitectónica del siglo XIX, un lugar acogedor y muy cuidado, con un personal que hace que tus vacaciones sean perfectas (entre la plaza El Ouesaa y calle Matamar). El Reducto (calle Essaid Zanqat Zawya Kadiriya) es un lugar con mucho encanto, con un movimiento de gente muy interesante; si están rodando alguna peli, seguro que el equipo está allí instalado. El Blanco Riad (en un callejón de la calle Essaid Zanqat Zawya Kadiriya) también merece la pena, sus habitaciones son una mezcla entre modernidad y tradición. Los precios de estos riads están alrededor de los 50-60 €. Otro alojamiento aconsejable en la medina es Dar Rehla, en el barrio morisco, subiendo una escalinata desde la calle al-Ayoun (Rue Laayoun).

También hay donde alojarse en el Ensanche  (Hoteles como Panorama, Oumaima, Regina y otros).

 

♦ PARA COMER:

• Es fácil casi a cualquier hora del día encontrar dónde comer y cenar. Suelen abrir sobre las doce del mediodía y cerrar sobre las diez y media de la noche. Algunos hasta más tarde.
• Los desayunos son más fáciles de encontrar en el Ensanche si es a primera hora de la mañana, porque la medina se despereza más lentamente.
• No olvides que el cuscús sólo se come los viernes.
• La gastronomía típica tetuaní es una mezcla de la herencia andalusí, la influencia otomana y las costumbres halal. Mediterránea, sin duda, saludable y muy sabrosa.
• Ramadan. Si decides viajar en Ramadan podrás comprar alimentos en las tiendas durante el día, pero ningún restaurante ni cafetería te sirve comidas ni bebidas, ni siquiera un té, hasta la hora que llaman «el desayuno», a las 7 de la tarde aproximadamente.  Durante el día la vida empieza tarde, sobre las 11 o 12 del mediodía, el ajetreo es como en cualquier época del año. Hacia las 6,30 de la tarde comienzan a cerrarse los negocios y en cuestión de minutos, la ciudad se queda completamente vacía, a excepción de algunas personas que hacen su desayuno en la calle. Una hora más tarde la calle comienza a llenarse de nuevo. Es una experiencia inestimable acudir en Ramadan, aprendes y comprendes, compartes una costumbre importante, aunque durante el día no tengas cafetines ni donde comer. Es cuestión de amoldarse y comprar las viandas necesarias y comerlas en el alojamiento a la hora del almuerzo (únicamente se puede comer en ese periodo en el riad El Reducto y en Casa de España).

 
♦ PASTELERÍAS:

♦♦ En la medina: Hay puestos callejeros de dulces y otras delicias, puestos ambulantes o tiendas, especialmente en el entorno del barrio de la Mellah, como en la calle El Quds (una locura de dulces sensaciones). Encontrarás pastelería tradicional marroquí, pastelería francesa y pasteles de boda (para nosotros la menos sabrosa, es cuestión de paladar).

♦♦ En el Ensanche, pastelerías cafeterías donde desayunar y merendar:

• Rasmouni, av. Youssef Ibn Tachfine norte, perpendicular a  avd. Mohamed V.
• La Glacial, avda. Mohamed V. Para helados, batidos y granizados.
• Dallas, avd. Youssef Ibn Tachfine sur.
• Avenida, cercana al cine Avenida. También para tomar baisara si entra hambre.
• Manila, calle Allal ben Abdallah, enfrente del cine Avenida. Tienen WIFI.

 

♦ TOMAR EL TÉ:

“Es un ritual que practicas cada día.” Nosotros nos olvidamos de que existen los refrescos o el café, pero a gusto del viajero. Es el tradicional té verde con hierbabuena, te lo ofrecen con o sin azúcar.

Nuestro lugares favoritos:

–Plaza del Feddan, perímetro oeste-norte. Se puede subir a los balcones de la planta alta. Relajado durante el día, y aún más relajado en el ajetreo de la caída de la noche a ritmo de cubilete de parchís.

– Cafés del entorno de la Avd. Mohamed V y la plaza Mulay El Mehdi, descubriendo los interiores que perduran desde la primera mitad del siglo XX, como en el Café París en la plaza Mulay El Mehdi,  el café en calle Sidi al Mandri frente al Banco de Marruecos.

–Terrazas de los cafés en plaza Mulay. Rodeado de jaleo, no es lugar para la contemplación o el relax. Allí la vida hasta parece que pasa deprisa. Según la panorámica que desees elijes uno u otro.

–Parque Mulay Rachid (parque Cagigas o jardín de los Enamorados), junto al morabito y entre el verde de los árboles. Frente a la antigua estación de ferrocarril y a los pies de la muralla, casi siempre solitario. El horario de apertura es indescifrable.

–Terraza Borj Al-Haffa, en el mismo borj, con vistas al Gorgues, con música de fondo.

–Plaza El Ouessaa, zaguán de una casa, frente a la comisaría.

–Guersa Kebira, en medio del ajetreo de este fantástico zoco.

 

♦ RESTAURANTES DE COCINA TETUANÍ (comida y cena):

♦♦ En la Medina:

Antiguas casa palacio o Riad (todos con WIFI):

• El Reducto, calle Essaid Zanqat Zawya Kadiriya. 15-25 euros por persona dependiendo de menú y bebida. Sirven alcohol. Comida exquisita.
• Blanco, calle Essaid Zanqat Zawya Kadiriya. 12-20 euros por persona. Muy rico y de presentación cuidada.
• Dalia, plaza Usaa. 10-15 euros por persona. También muy rico.

Casas de comidas: merece la pena arriesgarse y descubrir para sumar lugares a esta lista. Olvidaté del WIFI.

• Pequeños locales sin nombre junto a plaza Al Yalaa y en el barrio de la Mellah  (en la calle Ramallah, de norte a sur en el extremo este de la Mellah): 2-3 euros por persona.
• Comedor en el barrio de la Mellah, en la calle Bait Lahm o Derb Hayan (no estamos muy seguros del nombre, pero es una de las calles de la Mellah de este a oeste con salida en ambos extremos). 1 euro por persona. Llegar, pedir en la cola, comer y marchar. En hora punta se desfila rápido. Baisara (crema de habas) y pescado frito con pan y ensalada, en platos de latón, en taburetes y mesas compartidas. Nos encanta. Estupendo para viajeros de pocos recursos.
• Puestos callejeros nocturnos en la calle Metamar, acceso desde la plaza Usaa. Un ambiente estupendo, zumos y bocados riquísimos (como la pastela), para llevar o tomar allí de pie, junto a los mostradores iluminados, o acercarse al cafetín de la plaza y pedir un té mientras comes. También nos encanta.

♦♦ Restaurantes en el Ensanche:

• La Unión, cruzando por un pasaje frente al Cine Español, o cruzando por otro pasaje en el edificio La Unión y El Fénix desde la plaza Al-Yalaa. Horario de 12:00 a 22:45 h. Nuestro favorito para comer pinchitos, patatas fritas, cuscús los viernes, harira de noche (no siempre hay), pollo asado y ensalada. 4-5 euros por persona.
• Al Bahr, calle Al Mukauama. Como asomes la cabeza no te escapas. En hora punta siempre está lleno. Para comer pescado, el tajín también está bueno. 10-12 euros por persona.
• La esquina del pescado, calle Chakib Arsalane. Para comer pescado. 10-12 euros por persona.
• Restinga, desde la avd. Mohamed V se accede a un interior con patio, muy tranquilo. La comida casera muy rica. Sirven alcohol.
• Casa de España, calle Chakib Arsalane. Allí nos gusta ir a tomar una cerveza, y tienen WIFI.

 

♥ Nuestra opción: desayuno en el lugar de alojamiento (a uno de los dos le cuesta despertarse aun estando despierto). Comida en alguno de los negocios del barrio de la Mellah o en el bar La Unión, donde para cenar sirven esa densa y sabrosa harira. El té de media mañana o el de la tarde según hacia dónde se dirija el paseo, pero nos encantan el Borj Al-Haffa, el puesto de los Jardines Mulay Rachid o en el interior de algún bar del Ensanche flipando con el diseño de época. La tarde noche la pasamos tomando té en los cafetines de la plaza Fedann, en las horas de parchís (nosotros llevamos siempre nuestro scrable de viaje). Si la cena es frugal, nos encantan los puestos de la calle Metamar y el último té en el cafetín de la plaza Usaa.