Armenia
Los colores hablan de Armenia, porque Armenia es su silencio.
Por fin hemos llegado a Armenia. Sabíamos que era la tierra de la granada y del albaricoque. Y sí, lo es. Aquí abunda la fruta, increíblemente olorosa, sabrosa, jugosa.
Pero la granada es algo más. Lo descubrimos viendo la película «Sayat Nova» (El color de la granada) del director Sergei Pajaranov, y por el libro de Virginia Mendoza: «Heridas al viento», en el que relata crónicas armenias con manchas de jugo de granada, el color del genocidio armenio.
El albaricoque, por el contrario, es el color de la esperanza, el de las finas velas que ofrendan a su dios. Se ven en todos los templos. Dicen que también simboliza el carácter trabajador de su gente.
Estamos descubriendo este lugar en el mundo al que llaman Hayastán, el país de Hayk, tataranieto de Noe, donde también vivieron los hititas.
Apúntalo a tus destinos favoritos, no te desencantará.
Los Argonautas Crónicos.
1 respuesta
[…] Por cierto, Armenia increíble. […]